Algunos padres y madres de algunos alumnos de algunos centros: Un gran problema de comunicación política y empresarial

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27 Oct 2011

La gran ventaja de que los profesores desarrollen estrategias de comunicación política

Fui catedrático de Instituto durante varios años y mis recuerdos son muy gratos. A pesar de llevar muchos años en la Universidad como profesor en el máster en comunicación política y máster en consultoría política, me pasa como a esos misioneros y cooperantes que, cuando regresan a España para estar con su familia, descansar y cargarse las pilas, inmediatamente están deseando volver a su ambiente. Por eso, siempre he procurado mantener el contacto con profesores de Instituto. Hemos llegado a formar un grupo que realizamos varias excursiones y encuentros durante el año. Somos varias parejas que convivimos y abordamos asuntos de la educación que nos interesan a todos.

Por eso, y en medio de este ambiente de huelgas y manifestaciones, que ya los medios de comunicación cubren todos los días, prefiero ocuparme de un asunto que me viene preocupando desde hace tiempo y al que los profesores de Secundaria y Primaria van a tener que enfrentarse cuando el ambiente externo cambie. Me refiero a la actitud que muestran algunos padres-madres de algunos alumnos de algunos centros. Si los profesores no abordan este asunto y no desarrollan estrategias de comunicación política, las cosas pueden ir a peor. Y no sólo para los profesores. Sobre todo, para los alumnos.

Por eso, a los profesores y a los centros les conviene desarrollar una buena comunicación política. Muchos de ellos son muy inteligentes y activos. Entonces, ¿por qué no se lanzan de verdad al campo de la confrontación dialéctica con cualesquiera que les ataquen? Una  norma que ha regido la comunicación política desde su origen es que ningún ataque ha de quedar sin respuesta. Estoy convencido de que los profesores de Primaria y Secundaria, muchos de los cuales dominan los discursos y los debates, pueden encontrar un gran sentido a su vocación si saben salir al encuentro de los ataques injustificados a su actividad.

master en comunicacion

 Una muestra muy ampliable

 El lunes pasado, día 24 de Octubre, vi De buena ley, en Telecincoo. Y lo que observé me hizo caer en la cuenta de cómo los docentes y directivos han de estar siempre velando por el prestigio de su profesión.

Ese programa presentó una disputa entre una madre y el director de un Colegio privado sobre el programa de calidad de ese Colegio. También recuerdo haber visto hace tiempo otro programa similar, pero centrado en un Instituto.

La falta de respeto a los profesores y cómo pueden conquistar el prestigio perdido

 Vaya por delante que en De Buena Ley participan todos los días los mismos actores y que interpretan los guiones que les encomiendan. A la vez, declaro que la estructura del programa me parece bastante buena, porque cuidan mucho la argumentación, aunque luego la aderezan con gritos de todas clases. Como es fácil retirar este ruido y quedarnos con la información, reconozco que De Buena Ley constituye una buena escuela para aprender a exponer y refutar.

No quiero predisponer a quien vaya a ver ese programa concreto u otros. Lo que tampoco voy a hacer es volver la cara y pasar de puntillas sobre el comportamiento de la madre que aparece en ese programa. Creo que su prepotencia basada en el dinero, su falta de educación, sus argumentos endebles y sus contradicciones demuestran lo que esa persona es. Sin embargo, es una insensatez no hacer caso de lo que dice esa mujer, por muy insensata y odiadora de los profesores que parezca. No, porque ese programa lo ve muchísima gente y pueden hacerse una opinión muy pobre sobre los profesores.

 Gustavo Bueno ha sostenido desde hace años que la verdadera filosofía se hace ahora en los medios de comunicación. Lo que enseñan a los estudiantes universitarios en las Facultades de Filosofía es doxografía. Es decir, qué dijeron el filósofo A, B, C y D… sobre este asunto. En los medios de comunicación, el sujeto ha de decir lo que él piensa sobre un determinado asunto.

En consecuencia, o los profesores se lanzan al ruedo y se enfrentan con los problemas-mihuras, o van a pasar por indecisos, tibios y cobardes.

Si dejan sin respuesta a madres como la que aparece en ese programa, esa madre les habrá comido el terreno. Tampoco hay que hacer caso del fallo del «juez» porque es también discutible lo que dice. En estos momentos, estamos sufriendo el delirio gremial de los legistas: «Lo que no está en el sumario no existe». Cuando, en realidad, hay muchísimas cosas que a los jueces se les pasa por alto. Entre otras cosas, se les pasa por alto que la educación no puede judicializarse, si no queremos que se convierta en un absurdo.

 La enseñanza es el único sistema que no tiene supervisión directa de padres

 Viendo el programa citado, me confirmé en lo torpes, torpísimos que pueden llegar a ser algunos padres. ¡Qué romos!. Olvidan algo muy importante: La enseñanza es el único sistema que no tiene supervisión directa. Entonces, si se convierte en un deporte el atacar a los profesores como hace esta señora, los perjudicados pueden ser sus hijos. Ella proclama todo lo que paga al mes por la educación de sus hijos. Muy bien. Pero a esa señora le pasa lo que a muchos caballos en las carreras de obstáculos: salvan una valla con sus patas delanteras y la tumban con las traseras. Es decir, ella piensa que, activando todos los músculos del odio y del desprecio gana una disputa personal. ¿A qué precio? A que algunos profesores se sientan maltratados en su dignidad y se desmotiven. Y su falta de motivación se reflejará al minuto de cerrar la puerta de clase.

Sí, ya sé que lo mejor es que los profesores se automotiven y no hagan caso de insensateces. Pero ¿por qué exigirle a un profesor que sea un héroe sin salir de casa? ¿Qué acciones realizan los padres para motivar a los profesores durante el año escolar? ¿Ninguna? Entonces, es mejor que no vayan contra los intereses de sus hijos. Y mientras tanto, que los profesores se vayan poniendo las pilas y pongan en práctica una eficaz comunicación política. Los medios de comunicación son demasiado importantes como para dejarlos en medio de ciertas madres y padres. Esa madre me recuerda el antiguo dicho: «No es lo mismo un abrigo de señora que una señora de abrigo».

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Acerca de este Blog

Felicísimo Valbuena de la Fuente es Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Información.

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