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14 Oct 2013
Como última perspectiva, con su modelo correspondiente, me voy a ocupar hoy de la que ofreció Ronald G. Havelock como propia. Desde luego, él pensaba que era la más completa. No porque él hubiera hecho lo mismo que quien pretendiese fabricar el mejor coche del mundo tomando lo mejor de vehículo. Sería un intento imposible. Havelock es mucho más realista y en sus diversos libros ha desarrollado los elementos fundamentales de su teoría.
1ª.- El receptor, adoptador, consumidor o usuario es un solucionador de problemas.
2ª.- Ha de estar relacionado significativamente con recursos externos: personales, informativos, instrumentales, ambientales, etc.
3ª.- El proceso del emisor o agente de cambio con el receptor o adoptador ha de ser mutuo. El primero debe estar continuamente simulando los procesos del segundo. Éste debe simular los procesos de evaluación científica y desarrollo de productos del primero. Continua información de retorno.
4ª.- Ha de formarse una red de relaciones estable y duradera.
5ª.- Por último, conviene formar una cadena de utilización del conocimiento.
Ronald G. Havelock
Permite estudiar la innovación desde un enfoque de sistemas, desde el subsistema menor al macrosistema y asignar funciones y responsabilidades. Havelock supo mostrar cómo funciona este modelo en un libro que tituló The Change Agent’s Guide to Innovation in Education. A pesar de los años transcurridos, este libro es extraordinario.
Esta teoría ha de tener en cuenta las advertencias que ya hizo Theodor Adorno en un contexto diferente.
Hay que revisar continuamente las relaciones emisor, agente de cambio-receptor, adoptador, para no crearse una “dependencia pasiva”. En la actualidad, se tiene muy en cuenta la postura tanto del emisor como del rector, tanto es así, que en los máster en comunicación o máster en comunicación corporativa se estudia la importancia que tiene hoy día tener un buen feedback para llegar al público con mayor facilidad.
El juicio de los expertos no pasa de ser un juicio para los expertos, que olvida a la comunidad. El experto decide desde arriba y puede degollar la espontaneidad. La competencia del experto no está asegurada y, a veces, no está asegurada y, a veces, es difícil distinguir el “chic” de los aparatos.
Es decir, para que la perspectiva del enlace demuestre su efectividad, ha de evitar los defectos de las otras perspectivas anteriores.
Felicísimo Valbuena de la Fuente es Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Información.