La crisis de la Justicia como ejemplo de crisis en la comunicación institucional

En: Comunicación Institucional

9 Sep 2009

Cuando la noticia de cada día es peor que la de la víspera

Pensaba seguir escribiendo sobre los aciertos de los Kahn y Bruce-Brigss en sus proyecciones, pero no tengo más remedio que ocuparme de un asunto que cada día preocupa más a los españoles.

Hemos asistido en el último mes a una concentración de noticias desfavorables sobre la Justicia como hacía tiempo que no observábamos.

  • Un juez autoriza una manifestación proetarra como muestra de libertad de expresión; otro la prohíbe porque considera que es apología del terrorismo;
  • Un juez decide dejar en libertad a la etarra Aranalde cuando suple al juez titular; llega éste y ordena su detención; cuando la policía procede a cumplir la orden del juez, la etarra ha huido.
  • Los representantes de muy distintos partidos políticos expresan su opinión sobre la tardanza que los magistrados del Tribunal Constitucional en dictaminar sobre el Estatuto de Cataluña. Aunque el Tribunal Constitucional no forma parte del Poder Judicial, por la procedencia de sus miembros- de 12, el Parlamento elige a 10- podemos decir que el concepto que los magistrados proyectan no es precisamente el de diligencia.
  • Ya se ha convertido en una tradición las desavenencias entre el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional. Y esto, ¿por qué?. Pues muy sencillo: Porque uno y otro se consideran la cúspide de la Justicia y en ningún lugar está escrito cuál está por encima del otro.

En resumen: Si hay una Institución que esté cuestionada es el Poder Judicial. El concepto que predomina sobre la Justicia es el de «incertidumbre», aunque muchos lo expresan con términos más fuertes. Este concepto se concreta en la imagen de la Justicia como plastilina.

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La comunicación institucional de la Justicia

«¿Hay solución a los problemas de la Justicia?»

Si alguien me plantease en serio este asunto, yo no tendría más remedio que responder como el pintor Matisse cuando, al terminar una conferencia, una señora inició el turno de preguntas:

«¿Podría usted decirme qué piensa sobre el arte moderno».

»- Señora, ¿no tiene usted una pregunta más pequeña?»

«¿Hay solución para los problemas de comunicación institucional por los que están atravesando los jueces?». Y mi respuesta es que, si no enteramente, hay quienes sí pueden remediar ese grave problema. Más en concreto: He seguido de cerca el trabajo que están realizando Carlos Berbell Bueno y Yolanda Rodríguez Vidales desde que están actuando como asesores de imagen del Consejo General del Poder Judicial y la nota que les he dado es de Sobresaliente. Y para mostrar que no estoy improvisando, me remito a la reseña que publiqué sobre Historias de la Justicia, de Berbell y Vidales, en el nº 13- 2008- de la Revista que dirijo, Cuadernos de información y Comunicación, que edita la Universidad Complutense de Madrid.

Me llamó la atención ese libro porque recogía toda una estrategia de comunicación institucional, que los autores habían plasmado en diversos programas de radio, y en concreto, en el de Radio Nacional de España, que lleva el título del libro. Me pareció algo tan nuevo, tan fresco, que estaba condenado al éxito. Reseñé ese libro, sí, pero contrastándolo, a la vez, con otro titulado El Tribunal Supremo del Reino de España que, lujosísimamente editado por el BOE, representa la comunicación oficial de la Justicia, Pues bien, creo que con libros como este último, condenado a adornar las Bibliotecas y a ser consultado de vez en cuando, los jueces no avanzarán mucho en la comunicación institucional.

La originalidad de Carlos Berbell y Yolanda R. Vidales en comunicación institucional

¿En qué consiste la estrategia fundamental de Berbell y Vidales? Voy a responder con un fragmento del célebre escritor de novela negra, Raymond Chandler cuando escribió sobre la originalidad de otro escritor, Dashiell Hammett, comparándolo con los escritores ingleses:

«La única realidad que los escritores ingleses de novelas de detectives conocían era el acento que usaban en su conversación los habitantes de Surbiton y de Bognor Regis. Aunque escribían sobre duques y jarrones venecianos, los conocían tan poco, por propia experiencia, como lo que conoce el personaje adinerado de Hollywood sobre los modernistas franceses que cuelgan en las paredes de su castillo de Bel-Air o sobre el semiantiguo Chippendale, antes banco de remendón, que usa como mesita para el café. Hammett extrajo el crimen del jarrón veneciano y lo depositó en el callejón; no tiene por qué permanecer allí para siempre, pero fue una buena idea empezar por alejarlo todo lo posible de la idea de una Emily Post acerca de cómo roe un ala de pollo la debutante bien educada».

Berbell y Vidales han  contribuido a sacar a los jueces del ensimismamiento que proyectan sobre la inmensa mayoría de los españoles y han conseguido que salgan sin las puñetas y hablen en público, que muestren otros aspectos que van más allá de las sentencias escritas con una prosa enmarañada y muy mal escrita y que, leídas ante un público estudiantil, causan una hilaridad generalizada.

O dicho de otra manera: Berbell y Vidales están ayudando a conseguir que, en lugar de temidos o ridiculizados- recuérdense cuántas comedias han realizado los norteamericanos sobre los jueces- empiecen a ser tomados en serio.

Si los jueces encomiendan de verdad su comunicación institucional a Berbell y a Vidales, si verdaderamente confían en ellos, pueden superar esta situación en la que el manómetro de su prestigio está descendiendo peligrosamente. Llevará tiempo, yo calculo que diez años como mínimo, pero estos dos expertos pueden escribir una página muy importante en la comunicación institucional.

¿Que los responsables del prestigio de los jueces no confían plenamente en Berbell y Vidales? Pues, entonces, podríamos llegar a la situación que Bismarck planteó en su tiempo con entera crudeza: «¿Quedan jueces de verdad en Alemania?».

Un máster en comunicación o máster en comunicación corporativa son unas buenas opciones para las personas que quieren estudiar y seguir formándose en el sector de la comunicación con un máster oficial, que posteriormente te da acceso a un doctorado si se quiere.

Máster Comunicación Institucional

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carlo perez

noviembre 17th, 2009 at 2:12 am

digan algo bueno

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F.Valbuena

diciembre 1st, 2009 at 6:32 pm

Carlos:

No sé a qué te refieres. Si no me sacas de dudas, ¿cómo quieres que te responda?

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Acerca de este Blog

Felicísimo Valbuena de la Fuente es Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Información.

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